sábado, 27 de febrero de 2021

¿Y ahora qué?

Después de cuatro semanas sumergido en la experiencia de aprendizaje dinamizado “Fundamentos sobre la igualdad de trato y no discriminación”, llegamos al cuarto reto con este ejercicio de introspección en el que debemos preguntarnos ¿qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como empleadas o empleados públicos, para impulsar la igualdad de trato y no discriminación?

Sin lugar a dudas, podemos afirmar que la mayoría de nosotros estamos en unos niveles de responsabilidad que no son determinantes a la hora de redactar, implantar o evaluar políticas públicas destinadas a impulsar la igualdad de trato y no discriminación. No obstante, también debemos aceptar el hecho de que nuestro desempeño, en el día a día, puede contribuir a que las organizaciones en las que trabajamos, sean más igualitarias e inclusivas.

En primer lugar, debemos mantener actualizada nuestra formación relativa al tema del presente curso, ya que:

1.      Por un lado, se trata de una materia transversal a la función pública, puesto que en el artículo 53.1 del Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, por elque se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del EmpleadoPúblico, establece como primer principio ético que los empleados públicos deberán respetar la Constitución y el resto de normas que integran el ordenamiento jurídico lo que, tal y como se explicó en el primer módulo del curso, incluye el principio de igualdad, el cual se consagra en la Constitución Española como valor fundacional para el sistema jurídico-político y así se recoge en el artículo 1 de la misma.

2.      Y por otro lado, el artículo 54.8 del citado Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, nos impone como código de conducta el mantener actualizado nuestra formación y cualificación, lo que lógicamente debe incluir los contenidos ya mencionados, puesto que estos deben suponer un aspecto nuclear de nuestro desempeño.

Además de lo anterior, a nivel personal, la formación nos dará un conocimiento que nos permitirá conocer muchas realidades de las que no teníamos conciencia, mejorando nuestras capacidades para el desempeño de nuestro puesto de trabajo con una perspectiva de igualdad y diversidad.  

En segundo lugar, debemos mejorar cada día en nuestro comportamiento cotidiano, dentro y fuera del trabajo, procurando evitar cualquier prejuicio o estereotipo y tratando con respeto a cada una de las personas con las que tenemos que relacionarnos a lo largo de la jornada.

En el caso del trato con los ciudadanos, debemos informarles sobre aquellas materias o asuntos que tengan derecho a conocer, sea cual sea la condición de dicho ciudadano adaptando el medio y el mensaje a la persona a la que va dirigida. En realidad no se trata de otra cuestión que el cumplir el principio de conducta establecido en el artículo 54.4 del citado Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, pero dándole una dimensión inclusiva e igualitaria.

En tercer lugar, y para finalizar mi pequeña reflexión, debemos intentar participar en todas aquellas iniciativas de nuestras organizaciones en las que se les da voz a los empleados y las empleadas públicas para participar en la implantación de programas, políticas o planes, intentando enriquecer dichos documentos con aportaciones sobre la igualdad, la equidad y la diversidad.

Igualmente, y cumpliendo con lo establecido en el artículo 54.10, del Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, debemos atrevernos a poner en conocimiento de nuestros superiores o de los órganos competentes las propuestas que consideremos adecuadas para mejorar cualquier aspecto de los tratados en el curso dentro de la unidad en la que estemos destinados, aunque éstas no siempre sean bienvenidas.

En definitiva, si bien la mayoría de nosotros no podremos ser decisivos en la implantación y evaluación de las políticas públicas de igualdad de trato y no discriminación, si los empleados y empleadas públicas nos empeñamos en mejorar nuestra formación y aplicarla a nuestro desempeño diario, de acuerdo con lo establecido en el Estatuto Básico del Empleado Público, seremos capaces de poner en movimiento miles de pequeñas aportaciones que deberían ir, poco a poco, impregnando la Administración.

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